Monday, July 17, 2006

La pertenencia

Desgastada, mullida, la cama rechina. Tu madre, desgastada, mullida, se queja en la otra habitación. Es la muerte. Tu única pertenencia legítima. Y la rechazas. Prefieres otras pertenencias. Una computadora blanca, ni mullida ni desgastada. Una gata que maúlla, pero no está tullida ni gastada. La pertenencia a este blog comunitario. Una comuna utópica. Relaciones ascépticas con gente que no conoces, que no sabes qué tan mullidas o desgastadas estén. Una pertenencia que no ejerces hasta ahora, porque hasta ahora no habías escrito, no habías dejado los rastros urinarios de tu ser en este poste. En este post. Se acabó la fantasía. La pertenencia te tiene. Y no al revés. Las paradojas de la pertenencia. Pertenecer ha sido siempre un verbo de difícil conjugación. No hablemos ya de la satisfacción.