En microeconomía y mercadotecnia existe un concepto llamado "switching barriers" o costes de cambio. En un mercado como lo plantearon los liberalistas, el consumidor es un agente que evalúa la relación costo calidad de los servicios, y que escoge la mejor opción tomando en cuenta factores como valores agregados.
Sin embargo eso no explica por qué tantas personas están "casadas" con una determinada marca o compañia proveedora de servicios. El motivo es que los costes de cambio normalmente son muy elevados, los cuales pueden ser económicos (pagar penalizaciones de salida o inscripciones) de tiempo (como en el caso de la telefonía puede ser actualizar el número nuevo con nuestros conocidos), costes psíquicos (aprender cómo funciona un nuevo sistema), o actividades que combinen todas las anteriores (los temidos trámites).
Si nos vamos por la teoría de manual, si los costes de cambio son lo suficientemente elevados el consumidor no cambiará a menos que la nueva oferta sea dramáticamente atractiva (también conocida como la teoría del 10x). Pues bien, por qué un nuevo blog si ya estaba el Filete? Si se me permite un desliz retórico, quisiera refutar a los mercadólogos con William Blake: "Espera veneno del agua estancada". Por fortuna tendremos fe en que China tu Madre siga fluyendo eternamente, o lo que es más, lo plantearemos como hipótesis esperando de frente el golpe de la falsación.
No tengo un paquete tan atractivo como el que ofrece Sky a los desertores de DirecTV, y sin embargo puedo ofrecerles la angustia de la palpitante hoja en blanco, la oportunidad de ser consumidores irracionales y de refutar a Adam Smith, de pelear contra un post durante toda la noche como Job peleó con el angel, de leeros los unos a los otros para encontrar la redención en un comentario, y quizá incluso de tener algo que hacer antes y después del bocadillo de media madrugada o en esas primeras tres (cuatro, cinco o seis) horas de la mañana donde no se puede trabajar. Así que a escribir, la parrillada se terminó, es hora de arrancar la carne fresca a mordidas.